31 mar 2014

Al comienzo y al fin



Al comienzo sólo hizo falta un festejo,

Mezclado con la casualidad,

Empujados por el destino

y una amiga que oficiara de celestina,

Para que sucediera el encuentro.

 

Un chiste desubicado captó tu atención

y sin pasar desapercibido,

porque tu altura te lo impide y tu dulzura no se ignora,

Te acercaste un poco más.

 

Como si ya me conocieras,

tuviste las actitudes justas y las palabras correctas

que enamoraron mi percepción.

 

Tu discreción y mi elocuencia se combinaron

desembocando en charlas banales y divertidas.

Algún que otro parecido a un personaje,

junto a Bob Marley y su filosofía de vida,

fueron las alas del tiempo que volaba alrededor nuestro.

 

Tu mirada buscaba complicidad y mi sonrisa no se hizo esperar,

sin que ni yo misma me diera cuenta,

ya me habías conquistado.

 

Como todo un experto,

sedujiste mis inseguridades y las convertiste en canción:

“amo tu forma de ser”.

Me enseñaste a empezar a querer mi forma de ser.

 

Tu promesa de encuentro se hizo un hecho,

el cual multiplicábamos cada vez con más frecuencia.

La necesidad de tu identidad, renovaba la mía.

 

Un acto fallido dio paso a un “te quiero”,

un período de vacaciones desembocó en muchos “te extraño”,

y largas charlas a diario provocaban una revolución en mi interior,

¿cómo se puede sentir tanto por alguien a tan poco tiempo de conocerlo?

 

Pero sí,

sentía,

cada palabra me acercaba más,

cada caricia me enamoraba sin querer,

sin pensar,

sólo sintiendo.

Recuperé mi impulsividad,

dejé de lado mi racionalidad

y me deje llevar por vos.

Desordenaste mi cabeza,

te abriste paso por sobre mis estructuras,

y pusiste orden en mi corazón.

 

¿Qué más faltaba por decir?

¿Cuál era el paso a seguir?

 

Un jugo tentador y un café que no cumplió su promesa,

sirvieron de excusa para desplazar a la timidez,

y dar paso a lo que no nos animábamos a decir.

Vos, mi novio;

yo, tu novia.

 

Ya esto tenía nombre,

sólo por ponerle un estado,

haciéndole un guiño al destino,

una burla al pasado.

 

Y ahora estamos acá,

a un mes del valiente “te amo”,

viviendo sin tiempo,

disfrutando sin apuros,

aprendiendo que no existe lógica en los sentimientos,

ni formas correctas de vivir los momentos.

 

Hoy estoy segura de lo que siento,

sé que te amo

cada día un poco más.

Y le agradezco al festejo,

al destino,

a la casualidad,

a nuestra amiga celestina,

y a mi suerte

porque,

gracias a todos ellos, hoy estás acá.

 

Al fin llegaste,

te encontré,

nos conocimos,

te reconocí.

Eras vos a quien esperaba,

SOS VOS a quien elijo.

 

Y acá estás,

vida mía,

haciéndome feliz…

Al fin.