12 oct 2013
Me gustaría
equivocarme,
él no me
mira.
No me mira
al pasar
ni me mira
al caminar.
No me mira
cuando hablo
o cuando
lo escucho hablar.
Tampoco me
mira de lejos
o aunque
sea de reojo,
ni siquiera
cuando me le acerco.
No me mira
por delante,
tampoco por
detrás.
No aprovecha
cuando me distraigo
o cuando
más atenta estoy.
Quizás el
error es mío,
porque yo a
él lo miro demasiado
y esto
no es un dato menor
porque él a
mi no me mira
y esto ya me
empieza a disgustar.
No vaya a
ser que un día de estos
yo lo deje
de mirar
y él me
mire demasiado
pero yo ya
esté lejos para notarlo.
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