6 dic 2010

Me di cuenta...

Me di cuenta de muchas cosas durante este año, o mejor dicho, me di cuenta de muchísimas cosas a lo largo de mi (debo decir) corta vida.
Me di cuenta de que aunque cuesta, duele y es complicado, es hermoso crecer y cada etapa tiene algo especial.
Me di cuenta de que es inevitable el cambio en uno mismo; con las experiencias uno aprende e incorpora.
Pude darme cuenta que hay que darle tiempo al tiempo.
Otra de las cosas que más me costó darme cuenta es que nunca nada vuelve a ser igual después de que se termina. Ni una relación, ni una amistad, nada se repite ni aunque nos esmeremos porque eso suceda. Recién ahora entiendo que eso es maravilloso, porque la vida sorprende y no te deja acostumbrar.
Me di cuenta que a veces se llora confundiendo el motivo por el que se hace. Después de mucho tiempo uno se da cuenta de que no lloraba por lo que pensaba que lo hacía.
Me di cuenta de que no está bueno aferrarse a algo material o humano, no es sano.
Me di cuenta que nunca se termina de conocer a las personas, ni aunque estemos seguros de quién sea.
Me di cuenta que los sentimientos generan contradicciones, y que las personas somos muy cobardes como para darnos cuenta y afrontarlas.
También me di cuenta que un pequeño acto puede lograr grandes cosas, y que muchas veces un gesto dice más que mil palabras.
Me di cuenta que aunque no siempre “cada cual tiene lo que se merece”, a los que hacemos las cosas con amor, esfuerzo y ganas, nos terminan saliendo bien.
Me di cuenta que nadie es perfecto, y que intentar serlo es seguir un camino peligroso que nunca llega a destino.
Pero de lo que más pude darme cuenta es que no se puede andar solo, que siempre hace falta la compañía (no necesariamente física) de una voz amiga, alguien dispuesto e interesado por ayudarnos a caminar mejor.